HACE 75 AÑOS UNA HUELGA ESTUDIANTIL HIZO QUE AREQUIPA SE LEVANTARA

La gesta de 1950, más conocida como Revolución de 1950, en donde varios arequipeños se inmolaron por la libertad y la justicia; sucedió del lunes 12 al jueves 15 de junio del año indicado. Su origen fue una huelga estudiantil dirigida por los alumnos del cuarto año de secundaria del Colegio Nacional de la Independencia Americana en demanda de: la rendición de cuentas de los fondos recaudados por el Club Escolar y padres de familia; la suspensión del sistema disciplinario del Director Juan Zela koort; el mal funcionamiento de la Biblioteca, contra la mala alimentación de alumnos internos; el mejoramiento de los laboratorios de Física y Química; el mantenimiento debido de los campos deportivos, cuyas deficiencias dos meses antes habría ocasionado que un alumno falleció por una mala caída. El Comité de Huelga, estuvo integrado por los siguientes valientes muchachos independientes: Luis Eduardo Podestá Núñez (quien lo presidió), Alberto Adahui Jahuandi, Felipe Alvarez Pacheco, Rafael Vizcardo Begazo, Carlos Salas Núñez, Luis Sassarini Olazabal, Alberto Apaza Ramos, Marcos Bejarano Borja, Rómulo Gonzales Paredes y Mariano Granda, entre otros, jóvenes que en su mayoría no superaban los 20 años de edad. Algunos resultaron presos y deportados como fue el caso del estudiante Podestá, y el doctor Belaunde. Según contó en su columna publicada en el diario El Pueblo (13/07/2015), el periodista Oscar Soto Solis del cuarto año sección “D” de la Promoción 1951 del CNIA, quien participó en la huelga atrincherado en lo alto de los muros del pabellón norte. La protesta fue liderada por el “Comando del Ogro”, Luis Eduardo Podestá Núñez, e integrado por el “Turko”, Alberto Adahui Loguande; el “Cholo” Felipe Alvarez Chavez; y el metete “Marat”, Rómulo Gonzales Paredes, todos ellos de las secciones A,B y C del cuarto año; pues los del quinto año o Promoción 1950, no se metieron por estar a puertas de concluir la secundaria. Debemos indicar, que en ese entonces, se encontraba como Prefecto de Arequipa, Daniel Meza Cuadra, quien incrimino a los estudiantes que ellos no tenían derecho a Tachar a sus docentes y menos por cuestiones de disciplina severa, esto solo era para los universitarios; y tras dar un ultimátum a los alumnos para que dejen el colegio y no lograr este objetivo envio a las fuerzas armadas a disparar contra los atrincherados. Producto de este ataque murió el obrero de construcción civil Narciso Callata, pues en esos tiempos se terminaba de construir el pabellón de lo que fue el internado del antiguo local. También resultaron dos alumnos heridos: Bernardino Trelles y José Luis Vera. Quienes dieron los primeros auxilios fueron: el Teniente del Cuerpo de Bomberos Narzy Salomón y el farmacéutico, Oscar Alvarez Bisbal. En torno a esta protesta, existen varias versiones pero lo que parece cierto es que el gobierno de ese entonces, adoptó medidas desatinadas, dado que en vez de apaciguar a los alumnos de la “I”, estos se exaltaron mas y contagiaron su rebeldía al pueblo de Arequipa, que salió a las calles armados únicamente con palos y piedras para defender a sus hijos menores y enfrentarse en desigual lucha contra las tropas no sólo de los cuarteles de Arequipa sino también de Puno y Moquegua. El día 13 de junio, el Teniente Coronel, Jefe del Batallón de Infantería N° 13 del Cuartel Salaverry, recibió la orden para que salga con su tropa a las 14 horas con el objetivo de desalojar a los alumnos del CNIA; se dice que iban armados con balas de fogueo y no con munición de guerra para atemorizar a los jóvenes , pero no lograron su objetivo. Mas bien los estudiantes pasearon por las calles céntricas de Arequipa a un alumno herido en la cabeza y esto enfureció aún más a los ciudadanos que observaron el hecho. Asimismo, el miércoles 14, a media mañana ingreso al Colegio Independencia un ex alumno desconocido portando una ametralladora y dos cajas de municiones, quien dijo ser un ex sargento del Ejército y que el defendería a sus hermanos menores. Pero el Comité de Huelga, rechazo ese apoyo y le pidió retirarse a otro lugar. El reservista, quien habría sido Santiago Paredes Soto, se dirigió entonces a la Plaza de Armas, en donde disparo contra la milicia y una de sus balas se dice que fue la autora del orificio que aún conserva el Reloj de la Catedral. Tras los hechos ocurridos en el segundo día de la huelga, en donde la población acudió en defensa de los estudiantes, resultando cientos de heridos y decenas de muertos; los sindicatos convocaron a un paro general, mientras no se deslinden las responsabilidades; también se suspendieron las labores escolares en todo Arequipa. Mientras las trabajadoras del Mercado San Camilo, amas de casa y jóvenes llevaban alimentos a los independientes en huelga. El miércoles 14, en las casas de Arequipa estaba se izaron las banderas peruanas a media asta con crespones negros y en las calles los varones retiraron los adoquines de las calzadas para hacer barricadas y utilizarlas como trincheras para defenderse de los ataques de las fuerzas del orden. Ese mismo día se convocó a un mitin en la Plaza de Armas a las 10 horas, existen versiones incluso que un grupo de ciudadanos intento sentar en la silla del Prefecto a un destacado profesional; se oyeron varios disparos en los alrededores; y hasta alguien narra haber visto a un franco tirador, un licenciado del ejército que se ubicó en el trecho del edificio de la Rinacente (Esquina Mercaderes con calle San Francisco) Por la noche se realizó un Cabildo Abierto en la Municipalidad Provincial, con la participación del jurista Francisco Mostajo, mientras que por la Comuna intervinieron: el Dr. Javier Belaunde, Arnoldo Guillén Carlos Bellido y el Dr. Arturo Villegas, estos dos últimos cuando salieron de la reunión portando una tela blanca en son de paz fueron acribillados y muertos. Mientras, en el local de la Universidad Nacional de San Agustín de la calle Santa Catalina, se velaban decenas de muertos de los caídos en la gesta; a quienes acudieron a dar el último adiós miles de arequipeños. Finalmente, el jueves 15, tras los últimos acontecimientos, la ciudad volvió a la calma, tras la declinación del Prefecto, el Coronel Meza Cuadra ante el supremo Gobierno de Apolinario Odria, y juramento en Lima en su reemplazo Alejandro Ruíz Bravo. La gesta fue una muestra del espíritu solidario del pueblo arequipeño hacia los jóvenes de la “I”, que reclamaron por condiciones justa de estudio, como lo señaló siempre Luis Eduardo Podestá Núñez, quien dirigió el Comité de Huelga; sin embargo, no faltaron algunas voces contrarias que quisieron dar un matiz político a una huelga estudiantil, el cual provoco finalmente el rechazo de la población arequipeña hacia el gobierno dictatorial de entonces por la represión de la que fueron objeto los alfeñiques y muchos arequipeños que salieron a las calles en defensa de la libertad y democracia. Cabe indicar, que Luis Eduardo Podestá cuando fue detenido y trasladado al penal El Frontón, fue sometido a varios interrogatorios a través de los cuales se le quiso obligar a decir que su participación en la huelga tuvo móviles políticos, pero al no lograr su testimonio ni otras pruebas tuvieron que liberarlo y Podestá para retornar a Arequipa, sin dinero alguno tuvo que sortear una serie dificultades para sobrevivir en Lima, según narra, aprovechando su paso por la banda de música en el Colegio, hizo de músico ambulante para reunir unos soles y así poder retornar a su tierra y al seno familiar, donde su angustiada madre lo esperaba.

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