LA CRUEL TIA MARIA QUIERE ACABAR CON EL VALLE DE TAMBO
Hermosas chacras, como las que
vemos en las fotos que tome a fines de febrero de este año, y que nos provee
del pan nuestro de cada día, no pueden ser arrasadas por la infame explotación
minera, de allí provienen gran parte de nuestro sustento diario.
Es lamentable que el gobierno de
Ollanta Humala, todavía no pueda dar solución al problema presentado en Cocachacra,
una muestra más de su incapacidad, sino puede gobernar debería dar un paso al costado y adelantar las elecciones
generales.
La inversión privada siempre habrá en nuestro país de las maravillas, y la minería puede practicarse pero en otros lares en donde no afecte tanto a la naturaleza y con mejores condiciones para los peruanos. Porque como actualmente se da esta actividad sólo nos deja contaminación, enriquecimiento de unos cuantos y encarecimiento de precios que sólo pueden pagar los mineros que son la minoria.
De concretarse el proyecto minero Tía María, la provincia de Islay, especialmente Mollendo verá florecer muchos negocios y algunos tendrán dinero a montones, pero gracias a la venta de licor, drogas y del ejercicio del oficio más antiguo que implica también la trata de personas, como siempre ocurre en los alrededores de centros mineros.
Y sin querer pecar de pitonizos, los arequipeños desecharemos la idea de ir a veranear a las playas de Mollendo, no sólo porque estarán contaminadas sino también porque más barato resultará viajar a las playas de Lima o del norte del país, pues los costos en el Puerto Bravo por la presencia de mineros, se elevarán tanto que serán inalcanzables para quienes vivimos de otras actividades.
En Arequipa, a causa de la
sobreexplotación minera de Cerro Verde, la tierra del Misti se ha convertido en
una de las ciudades más caras del país, aparte de ser una de las más
contaminadas por el incremento del parque automotor; pues ahora abundan los
edificios de departamentos super caros y camionetas 4x4 en las estrechas calles en donde
sólo deberían circular automóviles. A parte que los taxistas cobran lo que
quieren y la ola de robos y asaltos va en aumento. Y todo por actividad minera.
Por eso, no les falta razón a
quienes dicen: “AGRO SI, MINA NO”. Y este grito se sigue repitiendo desde hace 4 años para impedir que nuestro valle de Tambo sea dañado por la contaminación minera.
Así que con tías como la María, mejor no tener familia!
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