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Mostrando entradas de marzo, 2012

DANZARINES DE BEIJING BRINDARON ESPECTACULO FUERA DE SERIE

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Treinta jóvenes danzarines de la prestigiosa Academia de Danzas de Beijing ofrecieron un espectáculo inolvidable y de primera calidad al culto público arequipeño, que se dio cita tanto al polideportivo de la Universidad Católica de Santa María y al Teatro Municipal de Arequipa. Lo más destacable de cada una de las presentaciones fue que los artistas chinos hicieron gala de destreza, concentración y sobretodo mucha disciplina al interpretar cada una de las 11 danzas ofrecidas y que fueron: El loto en junio, El invierno en Ewenki, La danza de Boles, Burlarse de Liu Hai, Shan Nan Guo Xie, El Pavo Real, Nuestra linterna de tambor flores, La temporada del té, La danza del pequeño tambor, Marinera, y Duonlangmaixlaipu. El colorido en el vestuario fue impactante y sólo compite con la gama de la vestimenta del folclore peruano, también muy atractivo y reconocido a nivel mundial .Seguramente con el buen tino de las autoridades santamarianas harán lo posible para que el Balle

LA LLUVIA NO ES UN CASTIGO, SINO UN REGALO DE LA NATURALEZA

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Las fuertes precipitaciones pluviales que hemos soportado los arequipeños, después de muchos años, no son más que una demostración del poder la Madre Naturaleza a la cual día a día agredimos sin compasión pensando sólo en la satisfacción de nuestras necesidades del momento. Las variaciones climatológicas que vivimos son consecuencias del calentamiento global y este es producto de la sobreexplotación de los recursos naturales y de la contaminación del medio ambiente que realiza el hombre, al encender demasiadas luces en sus casas, al consumir combustible para mover sus vehículos, encima en mal estado; al talar árboles y sembrar cemento en campos que fueron verdes. Y como si eso fuera poco, somos tan audaces y nos creemos muy vivos, cuando construimos casas en terrenos que son lechos de torrenteras y cuando aprovechando la disminución del caudal de los ríos para incrementar nuestros campos de cultivo. Pero nuestra viveza llega a su máximo nivel cuando nos declaramos damnificados,