MIENTRAS NO MADUREMOS POLITICAMENTE, NO TENDREMOS UN GOBIERNO LEGITIMO
Al parecer, no se necesitan
ideales, ni programas de gobierno, menos
trayectoria profesional y política para tentar un cargo de gobierno en Perú. Sólo dinero para comprar una buena
ubicación, para hacer propaganda y para recorrer los pueblos y repartir
dádivas. Salvo una rara excepción, la de aquel candidato que sin salir de su
encierro logró casi superar la valla electoral, gracias a su lucha por la
defensa de su medio ambiente en Cajamarca.
En tanto, la mayoría de electores
otra vez definió su voto influenciados
por la propaganda, las
promesas de los candidatos, las
encuestas y encima a última hora, sin revisar
la trayectoria de los candidatos y menos sus propuestas o planes de
gobierno; lo que es peor sin analizar si esas promesas
son factibles o no de realizar, como debiera hacer un ciudadano responsable.
Han pasado más de 500 años de la conquista española y
nos acercamos al Bicentenario de nuestra Independencia, pero seguimos dependiendo
de los intereses económicos de otras
naciones, que manejan nuestro destino en
pro de su beneficio; por ello de una u otra manera seguimos siendo gobernados por extranjeros, aun
cuando nuestro Presidente sea peruano, como los que ya hemos tenido o ciudadanos con raíces extranjeras como los
que hoy intentan gobernarnos, porque
seguramente también establecerán sus programas de gobierno en base a las
órdenes que les dictará el FMI o el BM.
De lo contrario las trasnacionales retirarán sus capitales y la estabilidad económica del Perú se vienen
abajo. Así de simple.
A las potencias económicas les conviene que estemos divididos y nosotros como tontos les damos en la “yema del gusto”. Aquí abundan los movimientos y candidatos, por eso el voto se dispersa,
esto conviene a todas luces a los intereses internacionales pues “divide y
reinarás”. Además, como si fuera poco,
las imperfecciones del Sistema
Electoral Peruano ayudan mucho, el bajo nivel educativo, la juventud desorientada
y distraída en asuntos triviales
también.
En estos días los negativos exclaman molestos: “pero que
mérito tiene fulano para ser congresista o la zutana que compró el primer lugar
de la lista para asegurar su cupo en el Congreso, del mismo modo podrá ser la
primer tránsfuga a apenas se le presente la oportunidad, o mengano apenas esté en el poder ¿se acordará
de sus promesas y del pueblo que lo eligió?
Nada raro será que todo eso
ocurra, pero es pues el resultado de nuestro voto o de la
decisión mayoritaria que irresponsablemente elige a quien menos lo merece. De
allí que cada vez tengamos un parlamento de menor calidad.
Tampoco faltan los optimistas, aquellos
ciudadanos que hoy sacan pecho por haber
votado por determinado candidato (a) que
pasó a la segunda vuelta; bajo la creencia de que ellos garantizan la
estabilidad y crecimiento económico del país;
pero olvidan que con ellos también corremos
el riesgo de nuevas privatizaciones de empresas nacionales y de despidos masivos en el sector público, esperamos
que cuando ello ocurra, no sean los
primeros en reclamar o negar que con su
voto fulano, zutana o mengano llegaron al poder.
Sin embargo, no todo lo que
ocurre en nuestro país es culpa de los menos pensantes sino también de aquellos que teniendo ideas brillantes y
capacidades notables, pero
lamentablemente no quieren hacer vida partidaria ni integrar movimientos y ser
candidatos por temor a contagiarse de
los corruptos o empañar su buen prestigio. Y claro no olvidamos a los que quisieran tener la
oportunidad de gobernar pero carecen de fondos para financiar una carrera
política y por tanto sus aspiraciones seguirán truncas mientras siga esta democracia comercial.
Entendamos, pues que en tanto no dediquemos más tiempo a la lectura y seamos más
críticos, analíticos y ciudadanos participativos no tendremos mejores gobernantes. Igualmente, comprendamos que mientras
estemos divididos y seamos
personalistas nunca lograremos un
gobierno de verdaderos peruanos
preocupados y abocados a defender nuestros intereses para hacer de este
territorio lleno de riquezas, un país próspero beneficioso para los
peruanos primero, y luego para el resto
del mundo.
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