¡NO A LA LEY MORDAZA, SI A UNA NUEVA LEY DEL PERIODISTA!
Muy pasivos y casi indiferentes se muestran hasta ahora los gremios periodísticos y periodistas en general del país ante la probabilidad de la aprobación de la llamada “Ley Mordaza” propiciada por el congresista Javier Bedoya de Vivanco, que para suerte nuestra, es decir, de los periodistas; fue devuelta por el Presidente Ollanta Humala al Congreso para su modificación, atendiendo algunas voces en contra.
De no haber sido por eso, el texto aprobado por el Congreso de la República el pasado 15 de diciembre; que a la letra dice: “El que indebidamente interfiere, escucha o difunde una comunicación privada será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años” además añade: “Esta exento de responsabilidades la difusión de comunicaciones que tuviese un contenido delictivo perseguido por acción penal pública o que contravengan el ordenamiento legal vigente”; ya estaría vigente y los periodistas tendríamos que pensar una, dos o más veces antes de difundir alguna grabación reveladora de actos de corrupción que involucre a nuestros gobernantes o simplemente desestimar a partir de entonces cualquier difusión de diálogos comprometedores para evitar ser encarcelados.
Sin embargo, pese al riesgo que acecha a la Libertad de Prensa, los periodistas permanecemos casi inmóviles confiados en la buena voluntad de los “Padres de la Patria” para que enmienden la idea de Javier Bedoya y continúe abierta la posibilidad de descubrir nuevas corruptelas y sobretodo de hacer caer sobre ellos el peso de la justicia.
¿Qué pasa con nuestros gremios? ¿Por qué tanta pasividad? o es que ya no tienen interés de combatir la corrupción. Hace tiempo que los periodistas, incluso antes de que apareciera el proyecto de la “Ley Mordaza”, debimos habernos preocupado por alcanzar al Congreso un Proyecto de Ley del Periodista, que no sólo anule la llamada “Ley Torres Lara” (que abrió las puertas de par en par para que cualquier persona haga mal uso de los micrófonos y publicaciones en beneficio propio o para despotricar sin fundamento contra el político o la autoridad que no atendió sus requerimientos económicos, empañando con este mal comportamiento, la imagen del periodismo), sino que también posibilite el reconocimiento de una serie de beneficios para el profesional del periodismo.
Tanto en la filas del Colegio de Periodistas del Perú como en la Federación de Periodistas, existen varios colegas que además de comunicadores son también profesionales del Derecho, quienes bien podrían dedicar un poco de su tiempo a la elaboración de un proyecto de Ley que deje bien en claro que, todos tenemos derecho a la Libertad de Expresión y Opinión tal como lo consagra la Constitución Política del Estado, pero la conducción y dirección de espacios periodísticos debe ser sólo competencia de los profesionales del Periodismo, quienes deberán someterse a un estricto Código de Ética.
Además la nueva norma deberá obligar a los propietarios de medios de comunicación a contratar a gente profesional para los espacios periodísticos y cumplir con todas las leyes laborales para que el comunicador goce de un seguro de salud, de un seguro de vida y contra accidentes, tenga también derecho a una remuneración y posterior jubilación digna, como la tiene otros trabajadores.
Más aún si consideramos que en la actualidad, ya no se cumplen las leyes dadas en la década del 80, que otorgaban a los periodistas 3 remuneraciones mínimas vitales como haber, ni la jubilación a partir de los 50 o 55 años sea el caso de mujeres o varones, respectivamente. Es lamentable la situación por la que atraviesan muchos colegas que pasados los 50 años ya no encuentra trabajo en ningún lado y tampoco tienen seguro y menos un pensión para vivir el resto de su vida, falleciendo en la más absoluta miseria.
La problemática del periodista peruano es compleja y podría ser discutida durante extensos debates, al igual que las principales dificultades del país, como la corrupción, grave herida hoy ya gangrena que está invadiendo todos los estamentos; y si los periodistas no la combatimos, difícilmente la harán otros. Por lo tanto, la “Ley Mordaza no debe prosperar y todos debemos luchar por una verdadera y auténtica Libertad de Prensa.
Ahora que recordamos un aniversario más de los Mártires de Uchuraccay, sea propicia la oportunidad no sólo para homenajes tradicionales sino para retomar la unidad y emprender la lucha por una verdadera reivindicación de los derechos del periodista.
De no haber sido por eso, el texto aprobado por el Congreso de la República el pasado 15 de diciembre; que a la letra dice: “El que indebidamente interfiere, escucha o difunde una comunicación privada será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años” además añade: “Esta exento de responsabilidades la difusión de comunicaciones que tuviese un contenido delictivo perseguido por acción penal pública o que contravengan el ordenamiento legal vigente”; ya estaría vigente y los periodistas tendríamos que pensar una, dos o más veces antes de difundir alguna grabación reveladora de actos de corrupción que involucre a nuestros gobernantes o simplemente desestimar a partir de entonces cualquier difusión de diálogos comprometedores para evitar ser encarcelados.
Sin embargo, pese al riesgo que acecha a la Libertad de Prensa, los periodistas permanecemos casi inmóviles confiados en la buena voluntad de los “Padres de la Patria” para que enmienden la idea de Javier Bedoya y continúe abierta la posibilidad de descubrir nuevas corruptelas y sobretodo de hacer caer sobre ellos el peso de la justicia.
¿Qué pasa con nuestros gremios? ¿Por qué tanta pasividad? o es que ya no tienen interés de combatir la corrupción. Hace tiempo que los periodistas, incluso antes de que apareciera el proyecto de la “Ley Mordaza”, debimos habernos preocupado por alcanzar al Congreso un Proyecto de Ley del Periodista, que no sólo anule la llamada “Ley Torres Lara” (que abrió las puertas de par en par para que cualquier persona haga mal uso de los micrófonos y publicaciones en beneficio propio o para despotricar sin fundamento contra el político o la autoridad que no atendió sus requerimientos económicos, empañando con este mal comportamiento, la imagen del periodismo), sino que también posibilite el reconocimiento de una serie de beneficios para el profesional del periodismo.
Tanto en la filas del Colegio de Periodistas del Perú como en la Federación de Periodistas, existen varios colegas que además de comunicadores son también profesionales del Derecho, quienes bien podrían dedicar un poco de su tiempo a la elaboración de un proyecto de Ley que deje bien en claro que, todos tenemos derecho a la Libertad de Expresión y Opinión tal como lo consagra la Constitución Política del Estado, pero la conducción y dirección de espacios periodísticos debe ser sólo competencia de los profesionales del Periodismo, quienes deberán someterse a un estricto Código de Ética.
Además la nueva norma deberá obligar a los propietarios de medios de comunicación a contratar a gente profesional para los espacios periodísticos y cumplir con todas las leyes laborales para que el comunicador goce de un seguro de salud, de un seguro de vida y contra accidentes, tenga también derecho a una remuneración y posterior jubilación digna, como la tiene otros trabajadores.
Más aún si consideramos que en la actualidad, ya no se cumplen las leyes dadas en la década del 80, que otorgaban a los periodistas 3 remuneraciones mínimas vitales como haber, ni la jubilación a partir de los 50 o 55 años sea el caso de mujeres o varones, respectivamente. Es lamentable la situación por la que atraviesan muchos colegas que pasados los 50 años ya no encuentra trabajo en ningún lado y tampoco tienen seguro y menos un pensión para vivir el resto de su vida, falleciendo en la más absoluta miseria.
La problemática del periodista peruano es compleja y podría ser discutida durante extensos debates, al igual que las principales dificultades del país, como la corrupción, grave herida hoy ya gangrena que está invadiendo todos los estamentos; y si los periodistas no la combatimos, difícilmente la harán otros. Por lo tanto, la “Ley Mordaza no debe prosperar y todos debemos luchar por una verdadera y auténtica Libertad de Prensa.
Ahora que recordamos un aniversario más de los Mártires de Uchuraccay, sea propicia la oportunidad no sólo para homenajes tradicionales sino para retomar la unidad y emprender la lucha por una verdadera reivindicación de los derechos del periodista.
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