Homenaje póstumo a Don toribio Cuba Valdivia: "EL PERIODISTA DEBE COMBATIR LA CORRUPCION Y LUCHAR POR LA JUSTICIA AUNQUE NUNCA LLEGUE
Se fue otro periodista connotado, a continuación reproducimos la entrevista que le hicimos hace 4 años y que fue publicada en nuestro libro "REPORTAJE A LO VIVIDO"
Toribio Cuba Valdivia, una vida entregada al periodismo
“Al parecer el verdadero
periodista y el dinero transitan por caminos distintos y es mejor que sea así”.
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TORIBIO CUBA, PERIODISTA A CARTA CABAL,
Nació en Arequipa el 16 de abril
de 1931
Estudio en el CNIA, Promoción 1949
Termino Educación en la UNSA (1956)
Periodista Profesional UNMSM 1966
Redactor principal del diario El deber (1951-1957)
Corresponsal de “Ultima Hora” (1958-1965)
Corresponsal de “Expreso” (1965-1970)
Redactor, Jefe de Redacción y Director de “El Pueblo (1957-1990)
Asesor de Prensa del Banco Sur y de la UNSA (1992-2006)
Dirigió el Centro Federado de Periodistas de Arequipa en 3 periodos (1961-2, 1973-5 y 1976)
Delegado del Perú en el Seminario de
ALACODE, Bogotá- Colombia (1974)
Condecorado por la Confederación Nac. de Trabajadores del Perú (1989)
Medalla de la Cultura otorgada por la MPA (Agosto 1990)
Medalla de Honor al Mérito de la
FPP.
Condecoración Amauta del Colegio de Periodistas del Perú (1993)
Palmas Periodísticas de la FPP (2002)
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Para el recuerdo:
Toribio Cuba en sus años de reportero entrevistando al Presidente Manuel Prado
Hoy todo es violencia y corrupción en el Perú y al parecer el Apocalipsis también llegó a los
medios de comunicación social que sólo difunden el crimen, el robo y resaltan la crisis moral que vive
nuestra sociedad; los diarios muy pocas veces traen buenas nuevas para los
lectores y cada vez son menos los periodistas valientes que investigan y
combaten la corrupción, señala Toribio Cuba Valdivia, quien ejerció el periodismo durante 54 años de su vida.
A don Toribio lo
conocí hace 22 años cuando, justo el
primer día que trabaje en el Diario El Pueblo, él estaba de vacaciones y el
Jefe de Informaciones de aquel entonces Lucio Calderón Rodríguez (Q.P.D.D.G.),
mientras conseguía un escritorio libre para mí, tuvo la idea de ubicarme
temporalmente en la oficina del Director. Cuba como todos los días fue a recoger su diario y al verme
sentada en su sitio, lejos de molestarse me extendió su mano y se presentó yo
hice lo propio y trate de explicarle porque estaba allí. “No hay problema, siga
nomás está Ud. en su casa”, me dijo.
Cuando retorno de
su descanso y yo ya tenía un puesto en la Sala de Redacción, recuerdo que no
pocas veces cuando ya creía concluida mi jornada y estaba por retirarme, de pronto se abría la
puerta de la Dirección y aparecía la menuda figura de don Toribio con unos
papeles en la mano y me rogaba redactará
una nota de debía salir necesariamente en la edición día siguiente. Esto lejos
de molestarme me hacía sentir importante porque confía en mí para redactar algo
rápido y sin errores.
En aquellos años no
recuerdo haber visto nunca a Toribio Cuba enfadado, aún cuando en alguna nota
publicada aparecía un error, es más siempre durante las reuniones de
confraternidad recordaba algún episodio gracioso vivido durante su trayectoria
periodística. Y mucho menos el cargo de director nunca se le subió a la cabeza,
como les a ocurre algunos colegas. El siempre fue y es un hombre sencillo.
Cuba Valdivia,
llegó a laborar en el Diario El Pueblo casi 33 años, antes trabajó por espacio
de 7 en el desaparecido diario El Deber
en donde tuvo como director a Erasmo Hinojosa. Recuerda que cuando ingresó como
redactor a El Pueblo (17-11-1957) este matutino se ubicaba en la tercera cuadra
de la calle Mercaderes y fue convocado por su director Luis Durán Flores, para
reemplazar a uno de los redactores principales que se retiraron:
Enrique Chirinos Soto, Luis Enrique Castro y Gustavo Quintanilla Paullet, los dos primeros migraron a Lima y el último
decidió dedicarse a la labor académica y su propia empresa en Arequipa.
Toribio Cuba (primero de la derecha), en una reunión social con sus
compañeros del diario El Pueblo en los años 60.
Curiosamente por
esos años en Arequipa existía una trilogía, pues habían tres diarios: El
Pueblo, El Deber y Noticias, así como tres emisoras radiales: Arequipa,
Continental y Landa; además de los 3 volcanes que todos conocemos. Mientras que
la televisión local recién nacía en la Ciudad Blanca con el Canal 2 de Sur Peruana,
que dirigía Gustavo Quintanilla Paulet, en donde Toribio Cuba también integró
alguna vez el panel de un programa periodístico que se emitió en vivo.
Paralelamente, a su
labor de redactor en los diarios indicados, TCV fue corresponsal de los diarios
capitalinos Ultima Hora y Expreso, cuenta que en aquel entonces trabajaba de 5
de la tarde a 5 de la madrugada y tenía que levantarse 4 horas después, es
decir, a las 9 de la mañana para redactar sus notas que debía mandar a Lima,
vía correo, a fin de que salieran publicadas al día siguiente en los periódicos
de circulación nacional indicados. En aquel entonces no había ni fax, ni mucho
menos correo electrónico, las notas y fotos viajaban por vía área desde las provincias hacia la
capital y se publicaban tal como las enviaban los corresponsales porque no
había tiempo de editarlas.
Debido a su entrega
casi total a la labor periodística, Toribio Cuba, disfruto muy poco de la infancia
de sus dos hijos: Mónica y Álvaro, y su esposa Nelly Arredondo, siempre le
recriminaba su abandono y le decía que
mejor debía llevarse su cama al diario. Hecho que de cierta manera se cumplió varios años después cuando fue
Jefe de Redacción y tras expulsar a
Pedro Morales Blondet, los trabajadores propietarios (entre ellos TCV) tuvieron
que turnarse para pernoctar varias noches en el local de Sucre, a fin de evitar
el regreso del defenestrado director. Eso fue en 1986, cuando durante algunas
semanas, se editaban dos diarios El Pueblo, uno dirigido por Pedro Morales y
otro por los trabajadores del auténtico Decano de la Prensa del Sur.
Cuba Valdivia, recordó
que Pedro Morales Blondet cuando adquirió la propiedad del diario El Pueblo de
la familia Pardo Escandón, esta sólo le vendió el 60% de la misma y el 40 %
restante fue legado a los 19 trabajadores que estaban en planilla; pero esto
fue ocultado por PMB, quien en vez de entregarles cada año las utilidades
correspondientes, sólo les daba un plus al que denominó “la pelotita”, que
fluctuaba entre 3 y 4 mil soles de aquel
entonces. Esto al cabo de unos años se supo y los trabajadores dueños del 40% tuvieron
que enfrascarse en un largo proceso
judicial para hacer reconocer sus derechos.
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Monica Cuba Arredondo