MELGAR, UN PRODIGIO CON MALA SUERTE
Tras 200 años del sacrificio de
Mariano Melgar y Valdivieso por nuestra libertad, creemos que los tiempos no
han cambiado y nuestro mártir sigue vivo en muchos jóvenes peruanos que siguen
ansiando justicia y una oportunidad para demostrar sus talentos.
Hoy que el poder económico manda y
erróneamente lo banal está por encima de lo sustancial, muchos peruanos con
grandes cualidades se sienten frustrados como seguramente se sintió Melgar, al
darse cuenta que de nada sirve estudiar y esforzarse por ser los mejores cuando
para conseguir un trabajo lo que prima es la recomendación y el favor político.
Así pues llegamos al Bicentenario del
Sacrificio del Mártir Mariano Melgar y Valdivieso, que recordaremos este 12 de
marzo y al revisar su historia podemos
deducir que el vate arequipeño, fue uno de esos personajes bañados por el
infortunio y la mala suerte. Un joven prodigioso que demostró su talento e
inteligencia desde muy crio, reconocido sí por sus maestros pero no por los
gobernantes y opresores de turno, que lo mataron sin medir el gran tesoro que
perdía la humanidad.
La “mala
leche” acompaño a Mario Lorenzo desde que nació, así hubo confusión con la
fecha de su nacimiento pues inicialmente se consigno como el día en que vio la
luz por primera vez, el 10 de agosto de 1791, fecha de su bautizo en la
Parroquia del Sagrario; varios años después de la celebración del Primer
Centenario de su Nacimiento, el historiador Alberto Ballón Landa, descubre que el
verdadero día del nacimiento de Mariano Melgar fue el 10 de agosto de 1790.
Mientras que en
su juventud, ninguna de las tres muzas: Melissa, Silvia y Rosario, que cautivaron su corazón e inspiraron su
poesía, supo valorar a semejante
pretendiente; similar descuido padecemos la mayoría de peruanos que siempre
elegimos mal, otorgamos nuestra confianza a quien no la merece y despreciamos a
quien realmente vale.
Al parecer, no
obstante su verbo y sapiencia, Mariano Melgar tampoco logró convencer a la
gente capitalina de su época para que lo apoyaran en sus ideales libertarios ni
consiguió el añorado título de doctor en leyes. Quizás si no hubiera vuelto tan
pronto a tu tierra natal, su destino hubiera sido otro.
Finalmente, ni después
de muerto el mártir, tampoco descansa en paz, porque el destino de sus restos sigue
siendo un misterio, pues en su oportunidad quedo demostrado que las osamentas
que llegaron para la inauguración del Cementerio General La Apacheta en 1833,
no correspondían al poeta sino a varias personas, alguna incluso de sexo
femenino.
Pero gran suerte
la nuestra, tener como modelo de vida a un hombre genial y único.
No cabe duda, que
la historia es siempre la misma, y Melgar
a pesar de su mala suerte y de su fusilamiento hace 200 años, siempre será
imperecedero; pues mientras exista la injusticia habrá siempre un Melgar para
luchar por la libertad.
¡Loor y Gloria a
Mariano Melgar!
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