AREQUIPA PUEDE ATRAER MAS TURISMO, PERO TENEMOS QUE MEJORAR
Del turismo o “industria sin chimeneas” viven y
muy bien decenas de ciudades del mundo, especialmente las europeas, porque han
sabido no sólo capitalizar lo que tienen sino darles el uso y mantenimiento
adecuado. En España, Italia, Francia, Alemania, Bélgica, Austria, República
Checa, Gran Bretaña y otros países de gran afluencia turística no se derribaron
castillos, ni casonas medievales para construir centros comerciales, sino que
simplemente se les adaptó para los nuevos usos, allí tampoco se permite la
colocación de antenas y el transporte masivo es esencialmente a través de
trenes y tranvías eléctricos, que funcionan con una precisión increíble. Aquí
también los tuvimos, pero los desechamos para dar paso al progreso automotriz,
pero lo único que logramos fue un gran caos y contaminación.
Sabemos que las comparaciones son odiosas, pero
no queda otra, en toda Europa se da permanentemente mantenimiento a los
monumentos y templos, pero sin dañar la pátina del tiempo, sólo se limpia sin
raspar los muros y se refuerza las estructuras dañadas, por eso en todas las
ciudades se aprecian grúas y andamios arreglando siempre algo. En cambio aquí, varios
de nuestros templos lucen descuidados, más que por carencia de dinero por falta
de voluntad de la iglesia.
En realidad, tenemos poco que ofrecer al
turista, pues más allá de nuestra preciosa Plaza de Armas, Catedral, Monasterio
de Santa Catalina, y otros monumentos religiosos, no existen más atractivos arquitectónicos
y culturales de gran magnitud; porque durante años se han ido derivando
hermosas casonas y echando cemento sobre la otrora verde campiña arequipeña, de
la cual ya sólo quedan pequeños retazos. Y para conocer los atractivos de
distritos y provincias alejados (a excepción del Colca) no existen ni las vías ni
los servicios que requiere el turista, por desidia de los gobernantes.
Arequipa, es una ciudad bella, pero para
competir con otras ciudades turísticas del Mundo tenemos que mejorar muchas
cosas, y esto está en manos de autoridades y ciudadanos quienes debemos
apreciar y cuidar lo poco que nos queda.
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