NADA COMO LAS EXCURSIONES DE ANTES


En octubre muchas promociones de colegios realizan viajes hasta por avión y con alojamiento en hoteles resort para que los jóvenes disfruten de playas paradisiacas, pero a pesar de todo el lujo de hoy, nunca serán mejores que las excursiones que realizábamos los jóvenes de hace 3, 4 o más  décadas atrás, con bajo presupuesto, pero mucha alegría y sobretodo esa fraternidad que ya no existe.
En los años 70s, era común que las secciones con mayor rendimiento académico, eran premiadas con un paseo abordo de los ómnibus del mismo plantel con varios años de antigüedad y cuyas velocidades no superaban los 70 kilómetros por hora; y para llegar a La Joya, Vítor o Mollendo, que eran los destinos favoritos, se demoraban por lo menos el doble del tiempo de lo que hace un  bus de estos tiempos.
Pero el tiempo de viaje se pasaba rápido porque los adolescentes de ese entonces iban gastando bromas y cantado al unísono los temas que estaban de moda en esos tiempos hoy convertidos en clásicos de los siempre recordados: Nino Bravo, Camilo Sesto, Los Iracundos, Leonardo Favio, Mocedades  etc. etc.
Y cuando llegábamos no dejábamos de bromear, jugar y bailar al son de la música del único radio tocadisco a pilas que un compañero logro sacar a escondidas de  su casa, porque antes los equipos de sonido y televisores eran de la familia; y para la merienda el que llevaba más comida compartía con  el que menos tenía,  porque todos nos apreciábamos como hermanos y ni por asomo  aparecían expresiones como: “Ah yo sólo se junto como mis amigos (as)”. Claro que como humanos imperfectos no faltaba alguna discrepancia, pero que al rato se solucionaba y todo volvía a la normalidad.
Los de quinto año, lógicamente aspiraban viajar más lejos y para esto, nada de pedirle a papá o mamá que pague todo o se encargue de las actividades pro fondos; pues eramos los propios promocionales que desde el mes de abril nos organizábamos para realizar rifas, bingos o tonos  (fiestas matiné) para recaudar fondos pro viaje o baile de promoción. Hasta se aprovechaban los recreos para vender postres, sanguches y otros a los demás compañeros; también se vendían entradas para ver una película en los cines: Danubio, Jesús María que eran más asequibles para estos fines. Por supuesto que con  el  desarrollo de estas actividades no sólo se ganaba sino que también se gozaba, con el baile o la película.
Cuando todo iba bien, las promociones generalmente escogían ir al Cusco en tren o traspasar alguna  de  nuestras fronteras, ya sea por el norte o por el sur,  pero en estos casos era por carretera y a bordo de un bus contratado para todo el recorrido, el cual era pintarrajeado con los nombres de la promoción, del colegio y participantes.
Esta de más decir, que durante los recorridos y paradas en cada ciudad, las ocurrencia no cesaban y se vivían muchas anécdotas, como haber entonado el himno nacional  al llegar al Ecuador o en Morro de Arica  flameando nuestro bicolor, proeza por la cual  fueron correteados por los carabineros de Chile; o cuando en los últimos días de viaje se quedaron sin dinero pero de alguna forma lograron sobrevivir hasta el regreso. Y desde luego no fueron pocas las veces en que los buses se malograron y que tuvieron que ser reparados  y empujados por todos para concluir el recorrido felizmente sanos y salvos. ¡Qué tiempos aquellos!
Hoy para tranquilidad de los padres, los chicos que salen al exterior ya no tienen estos problemas ellos se encargan del financiamiento de estos viajes con seguro incluido, y pobre de aquel tutor que no los cuide bien o los distribuya mal en los asientos del avión o no los coloque con el compañero de su simpatía en el cuarto del hotel, porque al toque el chico o chica se queja vía celular con   su mami. Ah y por la bulla no hay que preocuparse, pues durante los viajes y comidas, salvo algún fregado que desentone, todos permanecen abstraídos con  los juegos o videos de  sus smartphone y si alguno gusta de la música, la escucha en privado con sus audífonos.
Es que los tiempos cambian , señor , señora.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
No entendí lo de Jesus Maria, ese no era en Lima?

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