ALTERNANCIA DE HOMBRES Y MUJERES EN ELECCIONES, ¿SERA LA SOLUCIÓN?

 

El 25 de junio del presente año se aprobó la Ley  31030  que modifica las normas de Legislación Electoral para Garantizar  Paridad y Alternancia de Genero en las Listas de Candidatos, con la finalidad de que principalmente las mujeres tengan las mismas posibilidades de ser elegidas en los próximos procesos electorales, pero la pregunta es: ¿Será esto suficiente para mejorar la participación política en los diferentes estamentos de gobierno?

A lo largo de los años se ha comprobado que no por ser hombre o ser mujer se es más o menos inteligente, sino que las capacidades tienen su origen en la trasmisión genética, en las posibilidades de desarrollo y el propio entorno social en el que se mueve la persona. Claro que durante años  por una mentalidad machista se favoreció el desarrollo de los varones en tanto que la mujer fue postergada en todos los aspectos.

Si bien el derecho al sufragio, a partir de los años 50 del siglo pasado en el Perú, fue la primera puerta que se abrió para que la mujer siguiera avanzando en el reconocimiento de sus demás derechos hasta llegar al presente milenio, en el que las jóvenes ya no solo desarrollar cualquier trabajo que antes era de exclusividad del varón, sino que también incurren en acciones negativas y vicios que ponen en riesgo su integridad física y moral.

Incluso podríamos aseverar que hoy, las mujeres tienen mayor protección que los varones colocándose  estos en desventaja en ciertas circunstancias, sobretodo cuando quieren reclamar la tutela de un hijo o cuando son objeto de actos violentos de parte de sus mujeres. Y los actos de corrupción tampoco son exclusividad de los varones. Es decir, la mujer ya logro la igualdad en todo sentido.

Nos encontramos a puertas de un nuevo proceso, faltan 5 meses para elegir a los integrantes de un nuevo parlamento y gobierno nacional, y la población peruana exige nuevos rostros en la política ante el mal papel desempeñado por los anteriores cuadros que no gobernaron por el bien del país sino en pro de sus bolsillos, haciéndose famosos por  actos de corrupción cada vez más graves.

Pero nuestra sociedad actual, sobreviviente de una gran pandemia aún latente,  que  ha puesto en evidencia nuestras falencias en materia de Salud y Educación, a lo que se suma el tener  que afrontar  una crisis económica  generada por 6 meses de encierro e inactividad económica; ¿cuenta realmente con un contingente de jóvenes damas y varones preparados para gobernar y responder a las expectativas de la población electoral?

De hecho en el Perú hay hombres y mujeres con muy buena formación académica, experiencia en el sector público y privado, y hasta con la madurez necesaria para gobernar, pero la mayoría de estas personas no desea incursionar en la política por temor a empañar su carrera según dicen, ya que la corrupción es tan fuerte que aunque uno sea recto siempre algo le salpica. Por otra parte,  para un puesto de alta responsabilidad la juventud no funciona. Pues, en algunos gobierno locales, regionales y hasta en ministerios se han estrenado funcionarios y autoridades juniors, recién saliditos de la universidad  y experiencia mínima, que al final han demostrado demasiada vanidad, soberbia e inexperiencia  en el cargo o caso contrario o peor  aún, son fácilmente manejados por quienes los llevaron al poder.

Por tanto, para gobernar no sólo se requiere de juventud, conocimientos de leyes, tener una o más profesiones para no depender demasiado de los asesores, sino también experiencia en gestión pública y carácter para tomar decisiones. Si manejar un municipio pequeño es difícil, imaginemos lo complicado que será administrar un país lleno de problemas y con una sociedad muy conflictiva como la nuestra.

Por ello consideramos que una ley que obliga a los partidos y movimientos a conformar listas alternando un hombre y una mujer desde el primer hasta el último puesto, no es suficiente  para logar una participación política de mejor calidad y que sobretodo solucione los problemas más álgidos del país, como son: la corrupción, la delincuencia, las carencias en los principales servicios  etc.

Lo más probable, ante el poco tiempo para seleccionar candidatos, es que los diferentes partidos recurran al mecanismo de siempre, buscar personajes famosos del deporte o farándula para captar más votos, colocar en los primeros lugares a los dueños de las agrupaciones y a los eternos candidatos,  o de acuerdo al monto aportado ubicar a los  y las aspirantes, algunos (as) empujados por sus familiares con anticuerpos en el campo politico, si ello ocurre en el 2021 tendremos más de lo mismo.

Quizás para el 2026, si las agrupaciones se proponen a trabajar seriamente y formar cuadros  desde ahora, buscando líderes y capacitándolos para gobernar, podremos aspirar a tener mejores gobernantes. Y las damas también tenemos que poner mucho de nuestra parte para desarrollar un mejor papel y demostrar que valió la pena luchar tanto por lograr la paridad, equidad  e igualdad. Ojalá así sea.


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