PREVENIR LOS EMBAZOS PRECOCES NO ES LIBERTINAJE SINO SER RESPONSABLES

En verdad, hoy en día la vida sexual de los jóvenes, la mayoría casi niños, es una bomba de tiempo para los padres de familia es un gran peligro, porque hoy en día para los adolescentes tener relaciones sexuales es tan simple como comerse un helado y no tiene ninguna importancia en sus vidas.

Hay jóvenes que a sus 15 o 16 años ya tienen tanto o más recorrido que un hombre promiscuo de 40; y no es que estemos exagerando es cierto, hoy muchos (as) adolescentes tienen contacto íntimo con sus eventuales enamorados, decimos eventuales porque la mayoría de los muchachos de hoy sólo experimenta emociones denominadas “Choque y Fuga” o tras salir un par de veces con un(a) chico(a) tiene una “Agarre”, después del cual si te he visto no me acuerdo. Pues en estos tiempos cada vez son menos y muy pocos los jóvenes que se junta con sus pares por amor o algo que se le parezca.

Lo terrible de todo es que sus padres ignoran esto o no quieren enterarse, porque más preocupados están en sus actividades laborales o en sus problemas personales (también de pareja, la mayoría divorciados o separados). De allí, la venganza de sus hijos haciendo de sus vidas otra catástrofe peor.

A este paso, las nuevas generaciones van a envejecer más rápido, muchos de sus miembros morirán antes de lo previsto con SIDA u otra enfermedad producida por la promiscuidad.

Mientras tanto que hace la Iglesia, oponerse a la distribución de condones por parte del Ministerio de Salud; los educadores y la población en general se hacen de la vista gorda, como si el problema no fuera con ellos, sin darse cuenta que en cualquier momento uno de sus jóvenes familiares puede ser padre o madre prematuro o “salir con domingo 7”.

El cardenal Juan Luis Cipriani y toda la Iglesia Católica, el Congreso de la República deberían reflexionar muy seriamente sobre las implicancias de las conductas sexuales de los jóvenes de hoy, despenalizar las relaciones intimas entre menores de edad y el no uso de métodos anticonceptivos, son puertas abiertas para la masificación del VIH/Sida y otras enfermedades de transmisión sexual, así como para los embarazos no deseados., que afectarían mucho más a los sectores más pobres.

Lógicamente se necesita desarrollar un programa integral de información a la población sobre la sexualidad responsable, el uso de condones y otros métodos anticonceptivos, así como las formas de protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Además se necesita concientizar a la población de lo importante que es desarrollarse plenamente antes de asumir el rol de la paternidad. El hecho de desarrollar una campaña de prevención de embarazos precoces o no deseados no es provocar el libertinaje de la juventud, (esto tenemos que hacer entender al Cardenal), sino es dar un futuro mejor para las nuevas generaciones, evitar un crecimiento desmesurado de la población, de los índices de pobreza y de abandono moral de más niños.

Por tanto, señores del Ministerio de Salud, inicien cuanto antes el reparto de condones y señores del Ministerio de Educación, pongan en marcha un programa de orientación sexual y paternidad responsable en todos los niveles educativos.

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