GOYO MENAUT EL PINCEL DE LA FIESTA BRAVA

Goyo Menaut mostrando sus obras durante la exposición que realizó el año pasado con motivo de sus "Bodas de Oro Artísticas"
Arequipa cuna de poetas y artistas tiene entre sus hijos talentosos a Goyo Menaut, que se fue muy niño para alcanzar la fama fuera de sus lares y ser reconocido por su talento y sensibilidad artística en muchos países que gustan de las corridas de toros.
Quien no ha visto alguna vez una representación maestra de alguna corrida de toros y sin duda al ver la nitidez del trazo y la vivacidad de los colores para registrar las estampas taurinas de los pueblos indígenas del Perú, no ha tenido más que reconocer que el autor de la obra es Goyo Menaut Yáñez.
Diestro en la representación de las siluetas de toreros y astados, tiene ya más de 50 años viviendo del trabajo con pinceles, carboncillos y óleos. Justamente hace unos meses nos ofreció una de sus últimas exposiciones denominada: “50 Años por los Ruedos”, en la que pudimos apreciar varias de sus obras maestras como: “Toros para Acho”, “Manolete”, “Corrida Pueblerina” , “Boltereta”, “Suerte de banderillas”, “Ilusión Torera” (cuadro que refleja sus sueños juveniles de ser torero), “Feria del Señor de los Milagros”, “Tarde de Acho”, “Elías Chávez López, “El arequipeño”, “Francisco Pizarro”, “En Compás de espera”, “Patio de Cuadrillas”, “Pelea de Toros”, “Los toritos y la luna”, “La despedida de Cristina Sánchez”, “Andresito Roca Rey” y “El Matador”.
Cada uno de esos lienzos cuenta una historia ocurrida en algún ruedo, en donde se logra percibir la bravura del toro, la valentía del torero y la destreza del banderillero, debido a esta habilidad para trasmitir los principales incidentes de las fiestas taurinas es que Goyo Menaut ha conseguido ubicarse entre los mejores pintores peruanos y porque no del mundo.
¿Pero donde Menaut aprendió tales destrezas y técnicas pictóricas? La respuesta es simplemente: En ningún lado. Pues se trata de un autodidacta innato, que nació un 28 de noviembre de 1928, en una casona de la calle La Merced; su primera infancia la pasó junto a su madre sufriendo muchas privaciones, por lo que a penas tuvo uso de razón, es decir, a los 8 años y con segundo grado de Primaria (Escuelita Fiscal Nº 951 de la Calle Moral), decidió viajar a Lima en busca de su padre y de un futuro mejor.
Pero la vida para él no mejoró luego de ubicar su objetivo, sino que sus carencias económicas aumentaron y para sobrevivir, tuvo que trabajar muy duro y hacer de todo (canillita, ayudante de carpintero y de herrero y de obrero en una fábrica de cerámica) en el barrio del Rímac en donde pernoctaba. Al estar muy cerca de la Plaza de Acho, el infante fue impresionado por los carteles que en las esquinas anunciaban las corridas de toros y pronto su curiosidad lo hizo ingresar un domingo al coso que sería la fuente de su inspiración artística.
De hecho la primera corrida que vio lo impactó tanto que a partir de entonces no dejaba de soñar con los deslumbrantes trajes de luces de los toreros, la fiereza de los cornúpetas, la música y la emoción del gentío al alentar al hombre que con una tela roja se enfrentaba a un temible animal.
En la adolescencia en la misma plaza de Acho recibió clases de toreo, allí conoció a otro joven inexperto como él, Rafael Santa Cruz, quien años después fue un buen torero. También entabló amistad con Elías Chavez “El Arequipeño”, quien alterno con figuras del toreo en España.
Menaut perdió su trabajo en la fábrica de cerámica por ir de gira a las provincias de Lima acompañando a sus amigos toreros y de paso dar algunos capotazos. Ene se entonces su afición por el toreo se complementaba con el registro de dibujos basados en lo que veía en los ruedos. Pronto sus amigos comenzaron a valorar sus pequeñas obras de arte. Hasta que un día de tantos, Alfonso Grados Bertorini, quien en ese tiempo era comentarista taurino del diario La Prensa (Toribio Sol) invitó al joven Goyo para que ilustre sus crónicas, trabajo que cayó de maravilla a nuestro artista, pues le permitía ganar algún dinero haciendo algo que le gustaba en demasía.
Prácticamente a los 20 años ya era reconocido como un pintor taurino nato y con esta “llave” comenzó a viajar por las provincias peruanas para registrar con su pincel las diferentes corridas que se realizaban con toreros afamados. Pero no conforme con ello atravesó también las fronteras de nuestro país, y llegó hasta España, en donde el Anuario Taurino de Madrid y la revista “El Mundo de los Toros” destacaron sus obras.
Su destreza fue recocida por otros diaristas de La Crónica y Ojo, así como Expreso y Extra que también demandaron sus trabajos con el pago correspondiente. Fue así como también conocimos a Menaut, cuando laborábamos en el diario El Pueblo (1987-1997), a donde acudía con un apunte de la corrida realizada en el coso de la Cooperativa 14 de Miraflores cuya construcción se debe gracias a sus gestiones para realizar la Feria Ciudad Blanca (1971 y 72) con la participación de los mejores toreros de ese entonces: Manuel Alvarez Prieto “El Bala”, Miguel Márquez y José Luis Parada. Allí Goyo organizó las primeras tardes taurinas para recolectar los recursos económicos que permitieron la construcción de dicha plaza de toros.
Hoy, casi no se realizan corridas de toros en Arequipa, situación que entristece a Goyo Menaut, a pesar de tener dos plazas en Miraflores y Uchumayo, esto debido a la falta de empresarios interesados en invertir en este tipo de espectáculos y también a la oposición de un sector de la sociedad que no ve con buenos ojos la muerte de los astados en los ruedos.
Menaut, explica que las corridas de toros son una tradición que llegó junto con los españoles y cuando se realiza al estilo de la Madre Patria, el espectáculo comienza con el toque de un clarín y participan toros de casta, 3 matadores vestidos con trajes centellantes y pantalones cortos, 9 banderilleros, 6 picadores, un juez de plazas y jurados. En cambio en nuestras provincias se realiza corridas costumbristas o pueblerinas con la participación de comparsas y orquestas con zampoñas, tambores, quenas y platillos a ritmo de las “Wifalas”, en donde la gente aprecia el valor de los toreros y la bravura de los toros. La mayoría de veces no se llega a matar al toro y lo que se ejecutan son simples “Capeas” y en estos espectáculos predomina el consumo desmedido de licor.
Goyo Menaut a lo largo de sus 50 años de actividad artística ha demostrado un talento inigualable no sólo para dibujar y pintar el valor, arrojo y hasta miedo de toreros inexpertos y bisoños, así como el embiste furioso de los astados; sino también para reflejar la personalidad de cada uno de sus personales, esto en virtud a los viajes que realizó a Chile, Bolivia, Ecuador y España, en donde conoció a los más grandes toreros como: Antonio José Galán, Francisco Rivera “Paquirri” y Cristina Sánchez de España; Julián López “El Juli” (España), Víctor Méndez (Portugal), César Rincón (Colombia), Fredy Villafuerte, Fernando Roca Rey, Adolfo Rojas “El Nene” y Alfonso Ramírez “El Calesero” de Perú, entre otros.
Asimismo, sus obras fueron apreciadas por miles de personas del Perú y el extranjero a través de más de 40 exposiciones realizadas desde 1950 en las principales galerías del Perú, Bolivia y Ecuador. Su talento lo hizo merecedor de varios premios y reconocimientos de municipios, como el de Arequipa, Yanahuara, de Pueblo- Libre, Lima, Quito-Ecuador; así como del Círculo de Periodistas Taurinos, de la Feria Taurina del Señor de los Milagros, el INC, de la Universidad Católica de Santa María y del Congreso de la República del Perú, que le otorgó Diploma de Honor y Medalla de Plata, entidades que de este modo a testimoniado el reconocimiento de sus comunidades a un artista genial que hizo olé con su pincel. 
Goyo Menaut falleció el 14 de junio del 2023 en su tierra natal Arequipa. El descansa en paz y sus obras brillaran por siempre!

#Menaut Goyo


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