NECESITAMOS MAS JACOBOS HUNTER
En estos tiempos en que campea la corrupción, el interés personal y la avaricia por el poder y el dinero, es necesario volver la mirada hacia nuestro pasado para encontrar personajes que, en vida, fueron dignos ejemplos de honestidad, de entrega a los demás sin esperar compensación alguna a cambio. Estos ciudadanos merecen ser valorados y puestos en bandera, como modelos para la juventud de hoy, tan aturdida y extraviada por la honda consumista y tecnológica y por el ritmo de vida tan acelerado , que al parecer ya no deja tiempo para pensar en los demás y menos en uno mismo como persona y como maravilla divina que debe cultivar los más excelsos valores.
Por eso, y a propósito del reciente 22 aniversario de uno de los distritos más jóvenes de Arequipa, es que les presentamos un resumen de la vida y obra de quien fue el Dr. Jacobo Dickson Hunter, investigada en los años 80 por el entonces, estudiante de Periodismo Luis Pareja Rivero.
EL MÉDICO ESCOCÉS JACOBO DICKSON
HUNTER
Jacobo Dickson Hunter fue hijo de
Susana y Oswaldo D. Hunter, ambos naturales del pueblo de Dollar, Condado de
Clackmann, cerca de la ciudad de Edimburgo, Escocia. El matrimonio Hunter tuvo
3 hijos, Oswald y Janet nacidos en Dólar, y Jacobo, el menor, nacido
circunstancialmente en la ciudad de Madison, Estado de Indiana, Estados Unidos
un 8 de setiembre de 1837.
Jacobo se quedó huérfano a los 14 años y, a esa temprana edad, logra
ingresar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Edimburgo, de donde
egresa tras 7 años de estudios un 2 de
agosto de 1858 a pocos días de cumplir
22 años, como médico. Con el título bajo el brazo, Jacobo Hunter busca empleo sin mayor suerte hasta que por
consejo de un condiscípulo y la recomendación de uno de sus maestros, obtiene
el puesto de médico en el vapor “Lima” perteneciente a la línea de vapores Pacific Steam
Navigation Company que prestaba servicios
entre Liverpool (Inglaterra) y las costas del Pacífico. Dicho barco tenía como destino el
Callao-Perú.
Tras dos años de permanencia en
Lima, el 20 de agosto de 1861, a la edad de 24 años logra revalidar sus
estudios en la Universidad de San Marcos. En setiembre de 1861, Jacobo D. Hunter recibe la propuesta
de un grupo de comerciantes extranjeros para trabajar en Arequipa, y en
diciembre de ese año abre su consultorio
en la esquina de las calles Piérola y Santo Domingo.
El 28 de agosto de 1863 contrae
matrimonio con María Harmsen Averásturi de 16 años. Y ante el incremento de su
clientela traslada su consultorio a la casona ubicada en la esquina Jerusalén y
San José. Debemos precisar, que el doctor Hunter vivió entre 1870 y 1920 en la
calle La Merced Nº65. A pesar de que
desde 1890 fijó su residencia en la
Villa de Tingo, donde construyó una residencia
valorizada en 200 mil soles de la época. Entre 1920, hasta su muerte su
casa citadina la estableció en la calle Rivero 306.
SU OBRA ES TRASCENDENTE
Jacobo Hunter, a los pocos años
de vivir en Arequipa ya evidenciaba su cariño por esta tierra que lo acogió.
Una muestra de ello fue cuando
estaba de viaje y se enteró del terrible terremoto que desbastó
Arequipa el 13 de agosto de 1868, desde París envió ayuda para sus amigos
pobres. Asimismo, cuando se produjo la
Guerra con Chile, con su esposa María Harmsen convirtieron su casa de La Merced
Nº65 en un taller fabril de costura, donde
con algunos amigos confeccionaron
vestuarios para las tropas destacadas en
nuestra ciudad y que partían para defender nuestra frontera sur.
El doctor Hunter era alto,
esbelto, de tez blanca, mejillas sonrosadas, ojos de color oscuro al igual que
su cabello y barba, frente vasta y serena, de conflexión sana y fuerte; su sola
presencia infundía confianza, respeto y alegría.
Su entrega a los demás, se
evidenció en el ejercicio eficiente de su profesión en beneficio de los más
pobres, a los que atendió sin interés
alguno, pues prefería la satisfacción del deber cumplido antes que la ganancia
monetaria. Según cuentan, Jacobo Hunter recorría las calles de Arequipa en su
caballo para visitar a sus enfermos. Además trasmitió sus conocimientos y
secretos médicos a varias generaciones
de jóvenes médicos arequipeños, entre los que figura el brillante galeno Edmundo
Escomel.
El médico de raíces escocesas
profesaba un gran amor por los niños, quizá a despecho por la mala fortuna que
le significó perder a sus dos únicas
niñas de muy tierna edad. El doctor Hunter estimulaba en los niños el hábito de
la higiene con propinas y golosinas.
Además jamás escatimó esfuerzo alguno
para conjurar las pestes y epidemias que azotaron Arequipa por esos
años, entregando medicinas en forma gratuita.
En más de una ocasión, llevó a
sus pacientes sin recursos económicos para darles tratamiento en su propia casa
y hasta dio ayuda alimentaria a los
hijos de las madres enfermas. También durante varias décadas sirvió a la nación prestando gratuitamente
servicios de médico legista. Por estas razones en las autoridades de ese
entonces declararon su admiración y gratitud titulándolo como benefactor de
Arequipa.
De otro lado, durante la
turbulenta vida de Arequipa revolucionaria, don Jacobo Hunter asistía a
personas de bandos diferentes en pugna en forma
desinteresada.
Cabe resaltar, que además de la
vocación de servicio del doctor Jacobo Dickson Hunter se complementa con su
actitud científica; pues fue autor de varios trabajos científicos como:
Arequipa como ciudad de salud”, “Observaciones sobre la disentería”, “Abscesos
hepáticos tratados antisépticamente” etc. También fue colaborador de varias revistas científicas en las que se
difundía la semiología de algunas enfermedades y propietarias sanitarias de
Arequipa, destacando las propiedades de las aguas que brotan del subsuelo en
Yumina.
Por todo lo hecho, se
afirma que el Dr. Jacobo Hunter si bien
era norteamericano de nacimiento, escocés por sangre, demostró ser un gran
arequipeño por sentimiento. Pues, nació
y vivió menos de un año en Indiana, paso sus primeros 20 años en
Escocia, 2 años en Lima y 65 años en Arequipa.
Un domingo 29 de agosto de 1926 a
pocos días de celebrar los 89 años, en Tingo sufrió una caída en una acequia a
raíz de la cual, luego de 3 días de
lenta agonía fallece un 1 de setiembre de 1929. Su cuerpo fue velado en su casa de la calle Rivero hasta el 3 de
setiembre en que fue enterrado en el Cementerio General de La apacheta donde
descansa en el nicho del pabellón San Claudio Nº 72.
La actual urbanización Hunter,
capital de nuestro distrito Jacobo Hunter, surgió allá por 1948, 22 años
después de la sentida muerte del
filántropo, en unos terrenos que fueron de su propiedad y que son donadas por
su segundo esposa doña Manuela Oviedo, ante la proposición de crear una
urbanización con el apellido del ilustre médico, hecha por uno de sus gestores
don Manuel Zúñiga García, socio fundador de la citada Urbanización.
Comentarios