UNIVERSITARIOS DESPIERTAN, PERO DEBE ABRIR MAS LOS OJOS

Gracias a la descabellada e interesada idea del Rector de la Universidad Nacional de San Agustín, Rolando Mamerto Cornejo Cuervo, de crear la Escuela Profesional de Finanzas y Auditoria en la Facultad de Ciencias Contables y al proyecto de ley presentado por la congresista Martha Hildebrandt, que afectaría a los estudiantes egresados de colegios particulares e iniciaría la privatización de la Educación Superior Estatal, los estudiantes universitarios han despertado y después de muchos años salen a las calles para defender sus derechos.
Como decían nuestros antepasados, “No hay mal que por bien no venga” y “tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe”; es que en realidad muchas cosas se han dejado pasar sin que los estudiantes dijeran esta boca es mía, se profesionalizó a las secretarias, se establecieron cobros por diversa índole (bajo el disfraz de donativos), se contrataron y nombraron a docentes incompetentes y hasta se otorgaron títulos de doctor por simple antigüedad y sin reunir los requisitos exigidos por la Ley, al amparo de la Autonomía Universitaria.
La creación de una Escuela Profesional de Finanzas y Auditoria no sólo quitaría espacio ocupacional a los egresados de la Unidad Académica de Contabilidad que dentro de su currículo llevan los cursos de Finanzas y Auditoria y por tanto pueden especializarse en estas áreas, sino que también incrementaría el número de profesionales para un área profesional que ya está altamente saturada. Por eso es buena la reacción de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Contables.
Esta actitud debe ser imitada, por los universitarios de otras carreras, no solamente para protestar contra la Ley Hildebrandt, que obligaría a los alumnos egresados de colegios particulares a pagar la mitad de la que fue su pensión escolar, sino también para exigir un adecuado uso de los ingresos propios que tienen la Universidad.
Sería muy oportuno que los estudiantes por cuenta propia (dejando de lado a los miembros del Tercio Estudiantil, cuya imparcialidad está en duda) investiguen como se distribuyen y en que se invierte los dineros provenientes del CEPREUNSA, exámenes de admisión, seminarios, cursos de postgrado, segundas especialidades, maestrías y doctorados; y si estos contribuyen en algo con el mejoramiento académico de cada Escuela. Hay quienes sostienen que la UNSA es una “mina de oro”, y de repente los estudiantes agustinos podrían demostrar al Parlamento Nacional que en la UNSA no es necesario cobrar más de lo que ya se cobra.
No hay que olvidar que existe una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública 27806, la cual da derecho a toda persona a solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal y con el costo que suponga el pedido. Por tanto, también los padres de familia que en su mayoría son los que solventan los estudios universitarios de sus hijos, deberían interesarse en averiguar cuál es el destino del dinero que con tanto esfuerzo entregan a la UNSA; pues no basta con expresar su rechazo a ciertos cobros por algunos medios radiales, hay que ser más incisivos y porque no, asociarse con otros tutores para defender el buen uso de sus dineros. Sólo es cuestión de proponérselo.
Asimismo, somos de la idea que no sólo con marchas y gritos se acaba la corrupción, las protestas ayudan pero hay que hacer algo más. Los estudiantes que regularmente asisten a clases deben saber que docentes son responsables de su labor y quienes no, a estos últimos hay que aplicar una marcación estricta. Primero averiguar si reúnen los requisitos para ser docentes: si tienen título de especialidad, experiencia laboral, si son compatibles de acuerdo al número de horas asignadas (puede que tengan más ocupaciones de las permitidas) etc. etc. Aquí pueden haber grandes sorpresas. No vaya existir otro caso similar al del falso contador que enseñó durante 28 años sin tener el título respectivo.
Igualmente, el estudiante debe ser más cuestionador en clase y no dejarse atemorizar por aquellos docentes que dejan muchos trabajos y convierte su curso en un cronograma de exposiciones en donde sólo los alumnos hablan y el profesor califica de acuerdo a simpatías, sin siquiera leer los trabajos, que la mayoría de veces son bajados totalmente de Internet.
El universitario que quiere ser un profesional de calidad, no debe ni engañarse a sí mismo ni dejar que otros lo engañen, el tiempo de formación profesional, no es una etapa más que cumplir, sino un espacio precioso en donde debemos esforzarnos al máximo, para que el tiempo y dinero invertidos den cómo fruto a un ciudadano crítico y capaz de servir eficientemente a su sociedad; y no un elemento más que con su silencio o mediocridad fortalezca la corrupción que hoy agobia a nuestras instituciones.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“MENELIK” EL GLADIADOR INVENCIBLE

DESPUES DE 194 AÑOS DE SU MUERTE, MELGAR AUN NO DESCANSA EN PAZ

¿DE QUE COLOR ES NUESTRA BANDERA?