MIENTRAS HAYA HAMBRE HABRA DESCONTENTO

La primera necesidad básica del hombre es la alimentación, sin embargo, actualmente casi una sexta parte de la población mundial no logra satisfacerla, pues según últimos informes de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) son 923 millones de personas subnutridas en el Plantea Tierra, habitado por casi 6,500 millones de humanos.
Como se sabe la crisis alimentaria va en aumento, pues en todo el mundo el costo de los alimentos, que son la energía que necesitamos para vivir, está aumentando con rapidez y son los más pobres los más afectados. El cambio climático y el incremento de la demanda de los biocombustibles son las principales causas de este problema, que al parecer no tienen visos de solución.
En nuestro país bien conocemos la magnitud de este problema, que ya ha conducido al suicidio a decenas de madres de familia que ante la imposibilidad de alimentar a sus hijos deciden terminar con su hambre dándoles Racumín. Es que la vida está bien dura incluso para los que tienen un empleo y sueldo fijo y que desde luego no forman parte de la élite dorada de gobierno, que si gana bien.
Mientras se dice que el Perú sigue creciendo económicamente, los sueldos de casi todos los peruanos están congelados desde hace mucho tiempo. El sueldo mínimo se mantiene en 550 Nuevos Soles, pero la canasta familiar para un hogar de 5 personas supera desde hace tiempo los 2 mil, realidad que el INEI oculta pero que los mercados revelan día a día a los compradores. Acaso no todos sabemos cómo han subido las verduras, carnes, frutas, abarrotes y tubérculos, y encima estos últimos están escasos porque los exportan a Bolivia. ¿No que todos los pechitos peruanos teníamos que comer papa?.
Según los estudios que realiza el Instituto Nacional de Salud, en el Perú la desnutrición en niños menores de 5 años a nivel nacional se acerca al 30% y es mayor en las zonas rurales donde la pobreza es fuerte; mientras que los niveles de anemia en mujeres gestantes a nivel nacional son del 38,2 %. Actualmente, ningún niño ni adolescente ni mujer en edad fértil en el Perú consume los micronutrientes (hierro y vitamina A) en las cantidades suficientes, debido a los malos hábitos alimenticios y al falta de recursos económicos para consumir los 3 vasos de leche diarios, que requiere sus organismos para desarrollarse adecuadamente.
Por eso el Perú es el país de los CHATOS, claro que hay algunas excepciones. Hoy en día vemos a jovencitos (as) que terminan la secundaria con estaturas de 1.55 o 1.60 mts. en el mejor de los casos y que por su contextura parecen niños de 12 o 13 años. También es común ver a futuras mamás que pesan sólo 50 o 55 kilos, cuyos bebés con seguridad serán iguales o más famélicos.
Dadas las penurias económicas que sufrimos, la mayoría desayuna un té con un pan y almuerza un caldo ralo con fideos y una papa o sólo un segundo, cuando estas comidas deberían ser mucho más nutritivas. ¿Con esta alimentación miserable, que estudiantes talentosos podemos tener y menos deportistas medalleros?
Nuestra Selección de Vóley, que si bien nos llena de orgullo por los logros obtenidos en el último campeonato de menores a pesar de las limitaciones presupuestarias, pero nos hizo ver que el prototipo de la mujer peruana está muy inferior al de las argentinas, venezolanas y ni que decir de las brasileñas. Y esto se debe únicamente a la deficiente alimentación que recibimos desde que estamos en el vientre de nuestras madres.
Claro que mientras esto ocurre con la mayoría de peruanos, hay unos cuantos que engordan demasiado y hasta padecen de obesidad, pues se comen nuestro “Cerelac” y poco o nada les importa el hambre de su pueblo. Por eso a la mayoría de peruanos tampoco nos interesa saber quien por ahora preside el Consejo de Ministros, sino ¿cuándo mejoraran las condiciones nutricionales del pueblo peruano? Y esto no depende de unas cuantas personas sino de un cambio total de la política económica. ¿Por qué países como Estados Unidos pueden subvencionar la agricultura y nosotros no? ¿El nuevo Ministro de Agricultura, Carlos Leyton, logrará priorizar la producción nacional para el consumo interno y hará bajar el precio del trigo cuando éste baja en el exterior? Lo dudamos.





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