UN CANCER LLAMADO CORRUPCIÓN
La revelación del negociado para la adjudicación de los cinco lotes petroleros en favor de la empresa noruega Discover Petroleum, ha constituido el trauma más fuerte sufrido por este paciente llamado Perú, que desde hace tiempo padece una serie de malestares producto de esa enfermedad endémica llamada corrupción, y que ahora convertida en cáncer pareciera que ha ingresado a la fase terminal, que lo conducirá a una muerte segura del sistema actual tarde o temprano salvo que ocurra un milagro.
El citado escándalo, que viene ocupando las primeras planas de los diarios de circulación nacional, tuvo sus inicios a mediados del 2007 e involucra no sólo (como se quiere hacer creer) a Rómulo León Alegría, ex ministro aprista, encargado de “aceitar” a funcionarios del gobierno peruano para adjudicarse 5 lotes petroleros y Alberto Químper Herrera, directivo de Perúpetro; sino también al Primer Ministro Jorge del Castillo y el propio Presidente Alan García Pérez, por cuando en los audios difundidos se cita varias veces el nombre de Jorge y a un tal “gordo”; además el 26 de abril pasado, en Palacio de Gobierno, todos los mencionados, incluido el mandatario peruano, se reunieron con el presidente de la empresa noruega, Jostein Kjerstad, y su representante, el empresario Fortunato Cannaán, para finiquitar la cuestionada adjudicación.
Con semejantes pruebas, ¿habrá todavía alguien que crea en la inocencia de las principales cabezas del actual gobierno? Hay un viejo dicho que dice: “Piensa mal y no te equivocarás”, además “Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico” y en el primer gobierno aprista también hubieron negociados y una serie de irregularidades que quedaron impunes gracias a la legislación vigente y al favor hecho por su sucesor Alberto Fujimori a quien hoy pagan el favor con cárcel dorada y un juicio largo en cuyo transcurso cualquier cosa puede pasar.
Pero los peruanos amnésicos y confiados en el discurso poético de ese Alan que volvió arrepentido y maduro, lo devolvieron al Palacio de Gobierno que nunca debió regresar. Felizmente ahora con los últimos descubrimientos, creemos que los propios apristas acaban de construir su propia tumba y seguramente dirán: “Con compañeros así para que necesitamos opositores”. Sin embargo, aún no podemos cantar victoria porque conociendo la poca madurez política de nuestro pueblo, es probable que en el 2011, proclamemos presidenta a la hija del reo japonés para que continúe con el saqueo iniciado por los siameses que seguramente la asesoraran desde donde estén.
¿Así de ruines somos los peruanos con nuestro el país que nos cobija? Que en cada elección votamos por “angelitos” cada vez más avezados, que no se conforman con ganar fabulosos sueldos sin hacer nada y vender nuestras riquezas al peor postor, sino que se confabulan para obtener gruesos ingresos extras que van directo a sus cuentas personales, previo sucio y corriente negociado comparado con el que realizan integrantes de vulgares bandas de ladronzuelos. “… hay que hacer una cirugía profunda. Así es, pues. Yo tengo el bisturí…”; “¿En qué cantidad has pensado? Yo he pensado en cien, por lo menos.” “Yo creo que es lo menos. Si, si, si. Por esos lotes. Está regalado”. Esa es la replana que manejan estás “ratas” de dos patas, que al parecer ni la formación familiar que tuvieron ni su paso por la universidad, les sirvió de algo para contener sus ambiciones y caer en el fango.
¿Y ahora qué hacemos? ¿Nos contentamos con las falsas palabras del presunto jefe de la banda, que sancionará a los corruptos como traidores a la Patria, o con la simple renuncia del Gabinete Ministerial que lidera el mecedor Jorge del Castillo? ¿Será esto suficiente para acabar con tanta corrupción que está dañando los órganos vitales de este enfermo llamado Perú? ¿O los peruanos horrados, decidimos de una vez por todas, intervenir al enfermo y extirpar los tumores que amenazan acabar con la vida del Perú?
El negociado de los 5 lotes petroleros, de hecho que no es el único carcinoma, se debe cuanto antes investigar también todos los contratos petroleros, los acuerdos con las empresas mineras, la concesión para la construcción de los gasoductos y demás obras importantes, cuyos contenidos, al parecer no se difunden, porque no son beneficiosos para el país y fueron el resultado también de lobby`s.
La detención y juzgamiento por los delitos de colusión, asociación ilícita para delinquir y tráfico de influencias que les puede dar una pena de hasta 16 años a los funcionarios culpables de actos de corrupción, no es suficiente por el daño realizado. Se debería lograr en primer lugar, la devolución de todo el dinero obtenido indebidamente en este y otros casos; y luego expulsar del país a todos los corruptos, con una mano atrás y otra adelante, tal como empezaron la mayoría de ellos. Pues ni siquiera merecen ser mantenidos en las cárceles.
Pero para iniciar la limpieza y transformación de nuestro país, se requiere de unión, organización y de un líder honrado que sólo le interese el País; y aquí surge el gran problema para los peruanos, que sueñan con un mañana mejor, o la tabla de salvación de todas la ratas, que continuarán viviendo y reproduciéndose, mientras no aparezca ese adalid que tanto necesitamos.
El citado escándalo, que viene ocupando las primeras planas de los diarios de circulación nacional, tuvo sus inicios a mediados del 2007 e involucra no sólo (como se quiere hacer creer) a Rómulo León Alegría, ex ministro aprista, encargado de “aceitar” a funcionarios del gobierno peruano para adjudicarse 5 lotes petroleros y Alberto Químper Herrera, directivo de Perúpetro; sino también al Primer Ministro Jorge del Castillo y el propio Presidente Alan García Pérez, por cuando en los audios difundidos se cita varias veces el nombre de Jorge y a un tal “gordo”; además el 26 de abril pasado, en Palacio de Gobierno, todos los mencionados, incluido el mandatario peruano, se reunieron con el presidente de la empresa noruega, Jostein Kjerstad, y su representante, el empresario Fortunato Cannaán, para finiquitar la cuestionada adjudicación.
Con semejantes pruebas, ¿habrá todavía alguien que crea en la inocencia de las principales cabezas del actual gobierno? Hay un viejo dicho que dice: “Piensa mal y no te equivocarás”, además “Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico” y en el primer gobierno aprista también hubieron negociados y una serie de irregularidades que quedaron impunes gracias a la legislación vigente y al favor hecho por su sucesor Alberto Fujimori a quien hoy pagan el favor con cárcel dorada y un juicio largo en cuyo transcurso cualquier cosa puede pasar.
Pero los peruanos amnésicos y confiados en el discurso poético de ese Alan que volvió arrepentido y maduro, lo devolvieron al Palacio de Gobierno que nunca debió regresar. Felizmente ahora con los últimos descubrimientos, creemos que los propios apristas acaban de construir su propia tumba y seguramente dirán: “Con compañeros así para que necesitamos opositores”. Sin embargo, aún no podemos cantar victoria porque conociendo la poca madurez política de nuestro pueblo, es probable que en el 2011, proclamemos presidenta a la hija del reo japonés para que continúe con el saqueo iniciado por los siameses que seguramente la asesoraran desde donde estén.
¿Así de ruines somos los peruanos con nuestro el país que nos cobija? Que en cada elección votamos por “angelitos” cada vez más avezados, que no se conforman con ganar fabulosos sueldos sin hacer nada y vender nuestras riquezas al peor postor, sino que se confabulan para obtener gruesos ingresos extras que van directo a sus cuentas personales, previo sucio y corriente negociado comparado con el que realizan integrantes de vulgares bandas de ladronzuelos. “… hay que hacer una cirugía profunda. Así es, pues. Yo tengo el bisturí…”; “¿En qué cantidad has pensado? Yo he pensado en cien, por lo menos.” “Yo creo que es lo menos. Si, si, si. Por esos lotes. Está regalado”. Esa es la replana que manejan estás “ratas” de dos patas, que al parecer ni la formación familiar que tuvieron ni su paso por la universidad, les sirvió de algo para contener sus ambiciones y caer en el fango.
¿Y ahora qué hacemos? ¿Nos contentamos con las falsas palabras del presunto jefe de la banda, que sancionará a los corruptos como traidores a la Patria, o con la simple renuncia del Gabinete Ministerial que lidera el mecedor Jorge del Castillo? ¿Será esto suficiente para acabar con tanta corrupción que está dañando los órganos vitales de este enfermo llamado Perú? ¿O los peruanos horrados, decidimos de una vez por todas, intervenir al enfermo y extirpar los tumores que amenazan acabar con la vida del Perú?
El negociado de los 5 lotes petroleros, de hecho que no es el único carcinoma, se debe cuanto antes investigar también todos los contratos petroleros, los acuerdos con las empresas mineras, la concesión para la construcción de los gasoductos y demás obras importantes, cuyos contenidos, al parecer no se difunden, porque no son beneficiosos para el país y fueron el resultado también de lobby`s.
La detención y juzgamiento por los delitos de colusión, asociación ilícita para delinquir y tráfico de influencias que les puede dar una pena de hasta 16 años a los funcionarios culpables de actos de corrupción, no es suficiente por el daño realizado. Se debería lograr en primer lugar, la devolución de todo el dinero obtenido indebidamente en este y otros casos; y luego expulsar del país a todos los corruptos, con una mano atrás y otra adelante, tal como empezaron la mayoría de ellos. Pues ni siquiera merecen ser mantenidos en las cárceles.
Pero para iniciar la limpieza y transformación de nuestro país, se requiere de unión, organización y de un líder honrado que sólo le interese el País; y aquí surge el gran problema para los peruanos, que sueñan con un mañana mejor, o la tabla de salvación de todas la ratas, que continuarán viviendo y reproduciéndose, mientras no aparezca ese adalid que tanto necesitamos.
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