FRENEMOS EL COMERCIO DE LA EDUCACI0N

Está por concluir otro año escolar y con él una nueva generación de jóvenes saldrá en busca de una carrera profesional u opción laboral dentro del reducido mercado ocupacional peruano. En tanto, las empresas preuniversitarias, de enseñanza superior y técnica, mediante campañas publicitarias, se disputan uno a uno sus clientes.
Es que de un tiempo a esta parte, la Educación se ha convertido en un vil comercio, la vocación de servicio en pro de formar buenos técnicos, profesionales y sobretodo ciudadanos de bien, ya casi no existe. Mientras que los padres de familia hacen malabares para conseguir el dinero para inscribir a sus hijos en el instituto o universidad escogida, aún cuando nada garantiza que este camino los conducirá al éxito.
Hoy el que tiene plata estudia en un “buen colegio” con buena infraestructura, equipamiento etc. y también aprueba los cursos, mágicamente (sin hacer tareas ni estudiar); sino cómo se explica que alumnos despreocupados por los estudios nunca resulten desaprobados. Será que el sistema ahora ofrece una serie de posibilidades a favor del alumno o que de repente algunos docentes con la excusa de que la vida esta dura, hacen también su propio negocio.
Debido a esto alumnos con bajo rendimiento académico resultan siendo parte del tercio superior de una promoción y con ello ya tienen asegurado su ingreso libre a algunas universidades particulares de reciente creación, a las cuales sólo les interesa tener alumnos y que estos paguen las pensiones. El sistema educativo de va de mal en peor y esto desmoraliza a los estudiantes que si se esfuerzan y por mérito propio están entre los primeros.
El problema es que los centros educativos de gestión no estatal, gozan de total autonomía para establecer sus planes de estudios, escoger su plana docente y realizar los cobros que vean por conveniente sin fiscalización alguna, además no están obligados a tener Asociación de Padres de Familia; por eso en la mayoría de planteles particulares sólo funcionan comités de aula, que resultan ser meros entes decorativos o sólo encargados de preparar las viandas que se venden en las fiestas familiares.
También es cierta, la indiferencia de la mayoría de padres de familia, quienes sólo acuden a los centros educativos dos veces al año, una en febrero para matricular a sus hijos y otra en diciembre para recabar las libretas de notas. Por eso, muchos no saben cuál es el verdadero comportamiento de sus vástagos; ni mucho menos si el centro educativo cumple con los servicios ofrecidos.
Por eso cuando los jóvenes terminan la secundaria, la mayoría no está en condiciones de ingresar a una universidad ni tienen la orientación debida; y para no desaprovechar el apoyo de sus padres optan por la alternativa más fácil y que mejor se publicitó, aunque nada les garantice que su dinero será bien invertido. Hoy muy pocos se preocupan por desarrollar su verdadera vocación, la mayoría sólo piensa como lograr un puesto de trabajo, no importa a qué costo; y como la independencia es mayor en el nivel superior, son escasos los estudiantes que “se queman las pestañas” con los libros; la mayoría disfruta su juventud en discotecas o tragotecas y el resto lo solucionan bajándose los trabajos íntegros de la Internet o simplemente con más dinero.
Si bien con mucha facilidad se crean institutos y universidades, pero estos centros no son grandes por el número de alumnos que tienen, ni por el tamaño de sus edificios; sino deben serlo por las investigaciones y publicaciones que realizan tanto sus docentes como estudiantes; por la calidad de tesis de los graduados; y los aportes que dan a la sociedad para solucionar sus problemas. Esto es lo que se debe tomarse en cuenta al momento de elegir un centro superior de estudios.
Debemos entender que para tener buenos universitarios y más adelante buenos profesionales, primeros necesitamos buenos escolares, que desde inicial se acostumbren a estudiar no sólo para tener buenas notas sino para aprender; para esto los profesores deben estimularlos a estudiar con interés y voluntad. Pero también los padres, deben cumplir su rol orientador y dedicar más tiempo a sus hijos, pues un buen ciudadano y profesional no se logra sólo con dinero sino con el cultivo de valores y buenos ejemplos.

Comentarios

Eland Vera ha dicho que…
Muy cierto Nexmi. Más que auspiciosa inversión privada en educación, asistimos a la mercantilización de la educación. El caso de las universidades es ilustrativo. La reforma integral de la educación en el Perú, en todos sus niveles y especialmente en el superior, es un requisito obligatorio para el desarrollo en el S.XXI. Lamentablemente, eso va acompañado por profundos cambios previos y complementarios en los sectores-clave de la vida nacional: estructura económica-productiva y sistema político.

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