LA DESNUTRICION Y EL HAMBRE SON MAS PELIGROSOS QUE CUALQUIER GRIPE

Desde que apareció el hombre sobre la tierra y se multiplicó, aparecieron males y epidemias que acabaron con la vida de miles de seres humanos, debido principalmente al hacinamiento, la falta de higiene, deficiente alimentación y carencia de antídotos, flaquezas que subsisten; por tanto, que hoy aparezca en el Mundo un nuevo tipo de gripe o influenza no es novedad.
Para nadie es un secreto que la “antipática” como solemos llamar al resfrío, es generada por un virus que muta o se hace cada vez más resistente a los fármacos producidos para combatirla; y que la mejor manera de evitar una gripe es adoptando medidas de prevención como: no exponerse a los cambios bruscos de temperatura, abrigarse en invierno, consumir cítricos y líquidos tibios, pero por sobretodo hay que alimentarse bien y esto último es lo más nos protege de cualquier tipo de enfermedad.
Sin embargo, en nuestro país lo que más se descuida es la alimentación y no porque a los peruanos no nos guste comer, sino porque la gran mayoría de habitantes no tiene los recursos económicos para nutrirse bien; y nuestros gobernantes en vez de subvencionar la agricultura y algunos comestibles (como lo hace Estados Unidos), prefiere gastar millones de soles en la compra de tratamientos antivirales y con ello dar de ganar a las trasnacionales farmaceúticas.
Actualmente ¿cuánto ganarán los laboratorios con la venta del Tamiflu?, utilizado para combatir la gripe porcina, diseminada posiblemente a propósito para generar el consumo de los antigripales. Por lo pronto nuestro país ya ha comprado más de 40 mil tratamientos antivirales, además de los 26 mil que nos ha entregado gratuitamente la Oficina Panamericana de la Salud para combatir este mal que felizmente aún no se presenta en el Perú.
Prevenir es bueno, pero debe ser en todo sentido, no sólo con campañas sicosociales exageradas como la que estamos viviendo, que al parecer no sólo buscan prevenir la influenza americana, sino también tender una “cortina de humo”; pues en días anteriores mientras los medios de comunicación sólo informaban sobre la nueva epidemia, en nuestro país el Poder Judicial absolvía del delito de asociación ilícita para delinquir a los personajes de los petroaudios; además subieron las tarifas eléctricas y desde luego nadie dijo nada, porque todos estábamos preocupados por los posibles casos de gripe porcina.
La pandemia merece nuestra atención desde luego, pero tampoco hay que exagerar, que se presenten casos de gripe y en esta época de frio no es novedad, que el virus AH1N1 es más fuerte que el que provoco la gripe aviar o la española en el Siglo pasado, es cierto; pero cuando se presentan estas epidemias ¿quiénes son los más afectados? ¿Acaso no son los más pobres o desnutridos?
Por eso, la prioridad número uno, en el Perú debería ser mejorar los índices nutricionales de nuestra población para que ni las influenzas, ni la tuberculosis, cobren demasiadas vidas; ya que como decían nuestros abuelos: “Enfermo que come no muere”. Además no se debe olvidar, que el hambre es el caldo cultivo de la violencia, y la mejor forma de combatir la subversión es atendiendo las necesidades más urgentes de los pueblos alejados (salud, educación, comunicación etc.) No debemos olvidar que cuando la barriga está llena, el corazón está contento; y cuando un organismo es fuerte ningún virus lo derrota.
Igualmente, las autoridades deberían preocuparse por hacer cumplir las normas que protegen el medio ambiente, dado que muchas enfermedades (no sólo las alérgicas) son causadas por la contaminación existe. En Arequipa hace tiempo que los ciudadanos deberíamos usar mascarillas para proteger nuestros pulmones del humo y gases tóxicos, pero seguramente estamos esperando que el asma o el cáncer se conviertan en pandemias para recién tomar alguna medida de previsión. Mientras tanto, mineras, transportistas, pollerías etc. etc. sigan contaminando nomás.